Por las noches ya no cantan
los pájaros en mi cuarto.
Se oyen los coches que pían
de vez en cuando.
Por las calles de mi cama
no pasan flores ni carros.
Solo pasan transeúntes
de vez en cuando.
Yo los oigo mientras sueño
y los sueño mientras paso
por las calles que me crecen
en el cráneo.
Y los mezclo con fantasmas
de cascabeles y nardos.
Yo quisiera oler las flores
de esos campos.
Se me cansan las pestañas,
se me cansan de andar años,
No me basta con mi calle
¡quiero arrancarme el asfalto!
Oigo el ruido por las noches
de la ciudad bostezando.
Tiene una señal que dice
¡Prohibido besar mis labios!
Por la calle de mi cama
pasan pétalos llorando
cada dos en una moto
sin el casco.
No me basta con mi calle
¡Yo quiero probar el pasto!
Quiero ser antes, no ahora,
¡quiero lijarme las manos!
Por la calle de mi cama
sigue quedando algún árbol.
Se me van cayendo almohadas
mientras ando.
En la calle de mi cama
siempre me acabo acostando
bajo sábanas de trigo
sobre colchones de asfalto.
Y me duermo, sí, me duermo
y horas después me levanto
cubierto entero de polvo
como un libro, amordazado.