No debí haberte escrito de amor tantas poesías.
El eco de sus lágrimas retumba aún en mi alma.
Si no hubiera cantado las noches en tu ausencia
hoy no me acordaría de que un día te amaba.
Lo sé, se fueron muchas, muchas que deberían
haberte camuflado en un amor de esperanza.
Pero yo ya no espero ni volver a tenerte
aunque una vez fuiste todo lo que esperaba.
Para no haber perdido mi corazón por siempre,
no debí haberte dado mi amor en mis palabras.
Y no debí volver a leerlas una noche
con el alma indefensa en el eco de las lágrimas.
Es tu mano la mano que me dan otras chicas,
son tus ojos los ojos detrás de sus miradas.
Es tu voz el susurro que vuela y me estremece
cuando otras al oído dulcemente me hablan.
Y estás en mis poesías y estás en mis recuerdos
y estás en las sonrisas que veo en otras caras.
En mi cama, despierto, te vigilo, dormido,
te sueño y aún hay alguien que tira de las sábanas.
No debí haberte escrito de amor esas poesías.
No creí que el amor como los sueños se acaba.
No pensé que no sólo acabaría contigo
sino que para siempre con todas se acababa.
Y ya porque te amé no puedo volver a amarte
ni puedo amar a las demás, porque te amaba.