Y de repente ocurre
cuando menos te lo esperas,
cuando ya estaba el final bastante cerca,
cuando uno ya no sabe.
Ocurre
cuando habías empezado
a dudar de tu existencia,
cuando más desconfiabas
del hombre y su presencia en este mundo.
Ocurre de repente. Ocurre.
Y todo el sufrimiento almacenado
se evapora lentamente
en la culpabilidad del tiempo perdido,
del tiempo que se gasta tontamente:
algo que tantas veces
ocurre.