Tengo frío. El día está gris y tengo frío.
El otoño se acaba y se acerca ya el invierno.
Los pájaros también se refugian en sus nidos.
Hace frío. No tienen la culpa mis recuerdos.
El día está muy gris y es normal que tenga frío.
Ya temía yo que con ella terminara
igual que con las otras… hundiéndome en lo mismo.
Todos dicen que soy un cabrón con las mujeres
y yo, por demostrar que no, amo sin sentido.
Le prometí un amor tan eterno como a todas
y lo eterno duró lo que cada una me quiso.
No sé lo que pretendo. Pensaba que era bueno.
Creí que los poetas amábamos distinto.
Al menos la previne. sabía que algún día
terminaría con las demás en el olvido.
¡Pero estaba seguro de que tú eras la perfecta!
¿Por qué no puedes ser tú mi amor definitivo?
Mañana, cuando vuelva a mirarte, o pasado,
te miraré quizás con mis ojos de asesino
y tú sabrás que he vuelto a caer en lo de siempre,
que he intentado demostrar otra vez que soy distinto.
Te juro que las cosas que dije desde dentro
eran verdad… te amaba… yo nunca te he mentido.
Seguramente no me creas pero, aun breve,
mi amor hacia ti ha sido el más puro que he sentido,
por eso deseé que tú fueras la perfecta,
no quise condenarte a ti también al olvido.
Pero mi corazón aún recuerda aquella herida
y ve en todas las chicas a aquella que se la hizo.
Yo nunca te he mentido, no sé decir mentiras…
o quizás sí y es falso todo esto que te escribo…
Tengo frío, sí, tienen la culpa mis recuerdos;
son ellos los que siempre deciden mi destino.
Son ellos los que sacan el frío de mi alma.
Ahora sólo es vaho lo que fueron mis suspiros.
Tengo frío. Da igual que haga frío fuera, siento
que tengo yo la culpa de todo y que es el frío
el dolor que me deja intentar amar sin miedo
y el dolor que siento cuando me quedo vacío.