Te da envidia. Eso has dicho.
Te da envidia la gente que me conoció
antes de que tú me conocieras.
Si tú supieras…
Si tú supieras cómo era yo hasta que te conocí.
Era igual, quizás, era el mismo, sí,
pero si supieras cómo era…
Que no te dé envidia.
Si tú supieras…
La gente que me conoció antes que tú
me conoció cuando sin ti yo no merecía la pena,
cuando era como una impresora con el cartucho medio gastado,
que da igual que sea muy buena.
Que no te dé envidia,
como mucho que te dé un poco de pena
no haber estado juntos desde antes,
haber dejado que entre el sueño y la realidad tanto tiempo se interpusiera.
Que no te dé envidia, no,
ni siquiera pena,
que ahora contigo esta impresora que te quiere tanto
está siempre llena.