La rosa estaba segura
en el jardín junto al viento
porque éste no le arrancaba
sus inmaculados pétalos.
Le dijo el viento a la rosa.
Le dijo a la rosa el viento:
Si no me lo pides, nunca,
nunca arrancaré tus pétalos.
¿Por qué querría arrancarte
esos adornos tan bellos?
¿Para qué querría ya
si no son tuyos tenerlos?
Segura estaba la rosa
en el jardín junto al viento
porque él la respetaba
y respetaba sus pétalos.