No es cansancio, ni es miedo ni es pereza
lo que sientes desde el corazón a la cabeza.
No es flaqueza.
Lo que sientes, Pepe,
lo que sientes es tristeza.
Es amargo sabor por la certeza
de haber dejado ir el amor y su pureza.
No es blandeza.
Lo que sientes, Pepe,
lo que sientes es tristeza.
Tu alma con la muerte no tropieza
ni el aburrimiento de lágrimas la enjaeza.
No bosteza.
Lo que siente, Pepe,
lo que siente es tristeza.