Preguntó un día Pepe en la montaña:
¿El amor es eterno?
Y el eco respondió:
No, no, no.
Pepe se fue llorando
porque no se enteró
de que era el eco
de su propia voz.
Preguntó un día Pepe en la montaña:
¿El amor es eterno?
Y el eco respondió:
No, no, no.
Pepe se fue llorando
porque no se enteró
de que era el eco
de su propia voz.