¿Sabes dónde me encontraste? ¿Lo recuerdas?
Estaba en esa barra, diciendo no creer en el amor.
Tenía la sonrisa que tienen los que lloran,
los que lloran sin lágrimas para no aguar el alcohol.
Te aconsejé no perder el tiempo con alguien
capaz de cambiarse de lado el corazón,
capaz de cambiar su forma de entender la vida
solo con que el DJ cambie de canción.
Tú no hacías ni caso a mis palabras.
Ya notaste que cuando disimulo me cambia un poco la voz.
Notaste que nunca había encontrado
alguien que me susurrara al oído siempre la misma canción,
alguien que buscara un espejo
para los días en que me cambiara de lado el corazón,
alguien que parara mis lágrimas
justo antes de que cayeran en el alcohol.
Y como notaste también que los que más lo mencionamos,
aunque sea para mal, somos los que más creemos en el amor,
supiste que era yo al que llevabas esperando tanto tiempo.
No te importó
encontrarme diciendo tonterías en una discoteca,
porque sabías perfectamente que era yo.
Me cogiste de la mano y esperaste a darme un beso
a que el DJ cambiara de canción.
Me hiciste ver que uno puede creerse muy distinto
pero que siempre, tenga el corazón donde lo tenga,
tiene la misma necesidad de amor.