No me han hecho las piedras de recuerdos
ni me han dado su piel para que llore.
No me dieron su vida de silencio
para que yo me calle
y nunca me enamore.
No le dieron su amor al movimiento
para escapar a un mundo sin colores
ni para ser el sol que está en el cielo
y se queda sentado
lejos de las flores.
No, no me dieron su sangre de desiertos
ni una vida enterrada en los temores.
No me han hecho las piedras de recuerdos.
Me han hecho de promesas
y de amores.