Ya, pero ¿por qué eso es
una respuesta?
¿Qué significado tiene
que alguien te quiera?

Sigues sin saber por qué has nacido,
aún te sorprende que la gente muera.
Sabes todavía que no sabes nada
y no encuentras por ahí nadie que sepa.
Sueñas despierto por las noches todavía
y sigues dudando de las estrellas.
Te despiertas cada día esperando algún milagro
antes incluso de acordarte de ella.

Ya, soy consciente de que sigo
sin encontrar la respuesta,
pero la cuestión es que ahora
hago las preguntas de otra manera.
Y aunque sigo no sabiendo nada,
sé al menos que no es solo inexplicable lo que hay ahí fuera,
sé que quizás el amor
es lo que une todo aquello para lo que no hay respuesta.

Estaré así un tiempo distraído.
Por lo menos mientras esté a mi lado ella.

No son pruebas.
No es un examen que te hace mi corazón.
Son recuerdos
que me hacen dudar del amor.
No te comparo con otras.
Me comparo yo.
Y me empeño en que todo sea igual de malo,
pero contigo es mejor.
No son pruebas.
Perdóname, ¡por favor!
Es que no puedo creerme
que haber nacido tenga una explicación.

Amar es empezar a tener miedo.
Está claro.
Es que los días sin ti empiecen
a ser horriblemente largos.

Es descubrir que las horas
son distintas
según quién esté a nuestro lado.

Amar es empezar a sentir
agujetas en sentimientos olvidados,
en sentimientos que o ya no importan
o nunca nos importaron.

Amar es distraerse para mal.
Está claro.

Me conociste
en la peor época de mi vida,
en la que más ocupado estaba,
en la que menos tiempo tenía de vivir.

Me conociste en la peor época,
cuando menos sentimientos paseaban por mi mente,
cuando menos tiempo tenía
para ocuparme de ti.

Era la peor época de mi vida, sin duda,
la época en la que solo te escribía
lo que me daba tiempo a escribir.

Sí, no pude disfrutar contigo.
No di lo mejor de mí.
Parecía sin duda
la peor época de toda mi vida.
Y lo era probablemente.
Sí, lo era…
hasta que te perdí.