No estás y el mundo
sigue siendo igual.
Aún no he perdido
Esa tonta convicción
de que la vida
es lo mismo que la muerte.
Te amaré ahora
como cuando te besaba mientras dormías.
Y será lo mismo.
Será lo mismo hasta que asuma
que hay algo que la muerte arranca,
que no es la misma soledad la de estar lejos
que la de estar vivo.
No es la misma soledad la de estar triste
que la de seguir creciendo.
La de seguir creciendo
mientras tú ya sin raíces
vas perdiendo tus colores
y vas tiñendo de tristeza
los besos que te di mientras dormías,
los besos que para mí eran
el más generoso gesto de amor puro.
No estarás y el mundo
seguirá siendo igual
porque el amor para él
es como esos besos que no siente
al recibirlos
el que está dormido.