No me digas que te has muerto, ¿vale?
Déjame vivir con esa ilusión.
Deja que siga apuntándome cosas
para preguntarte cuando volvamos a estar juntos los dos.
No me digas que te has ido para siempre,
que ya empiezo a sospecharlo yo.
Dime, no sé, que han retrasado tu vuelo,
que hay una complicada avería en el avión.
No me digas que ya te es imposible quererme,
deja que lo note poco a poco en lo bajito que va sonando tu voz.
Pero, de verdad, no me digas que ahora ya te es imposible quererme
ni que te has ido para siempre, ni que la muerte te llevó.
¿Por qué va a ser menos el amor de ahora
solo porque ya no den golpes los latidos de tu corazón?
¿Qué tontería es esa?
¿Acaso se reduce a golpes y pensamientos el amor?
No me digas que te has muerto, ¿vale?
Que no quiero caer en la tentación
de pensar que todo se acaba un día porque somos
solo carne que mientras se mueve está viva
y luego ya no.