¡Cómo echarás de menos cuando me haya marchado
mi voz que tantas veces callaron tus palabras!
La recordarás siempre con el corazón roto
y lamentarás no haber sabido aprovecharlas.
¡Cómo desearás oír mi voz ronca de nuevo
rozando tus oídos con dulzura escarlata!
Sonará su falso eco por las noches
y tú lo apartarás de tus sueños asfixiada.
¡Cómo echarás de menos cuando me haya marchado
mi voz que despreciaste cuando aún eras mi amada!
Y yo te gritaré desde mi soledad triste
sabiendo que ya no me queda por perder nada.
¡Cómo lamentarás no haberme escuchado
en esas dulces noches de olvido solitarias!
Y yo arrojaré a la hoguera del recuerdo
las palabras que no te dije porque tú hablabas.
Ya no hablarás con otros por miedo a no escucharles
y por miedo a dejar sola otra vez tu alma.
Y yo ya no hablaré por miedo a recordarte
cuando me escuche atentamente mi nueva amada.
¡Cómo me echarás de menos cuando me haya ido!
¡Cómo añoraré que tu dulzura me callara!
Y en el mar de tu voz me ahogaré sin resistencia
y el eco de mi voz te ahogará desesperada.
Llorarás perdida las noches de silencio
y yo escribiré versos las noches que me hablabas.
Y todo porque no supimos darnos cuenta
que en mi silencio y en tu voz la vida nos juntaba.