Y con este quejarme escribiendo
de que todo es en vano,
con estos paradójicos poemas
que no hacen más que dejar claro
que las cosas más bonitas
son las que se nos escapan de las manos,
no para cambiar el mundo
ni para mejorarlo
no para hacer que sea menos triste
ni para sentirnos más humanos,
no para que el mundo sea mejor,
sino para que siga siendo felizmente extraño.
Con este quejarme escribiendo
de la inanidad en la que vagamos,
con este quejarme escribiendo
sigo demostrando
que no importa lo vano que sea todo
que no importa que sea todo vano.
Lo que importa es que seguimos aquí
y que eso no tiene por qué ser malo.