Mendigo besos por las calles más amargas.
Las chicas me miran sorprendidas al pasar:
«¿Cómo tú andas por ahí pidiendo cosas
que sabes que te regalarían en cualquier lugar?».
No quiero los besos que regalan en cualquier sitio.
Quiero los besos que no se pueden regalar.
Los besos que al darse se comparten entre almas.
Los besos que ella me daba y que ya no me da.