Pues sí se podía estar un año sin ella
y muchos años más sin él.
Pero o pienso que todo está ya establecido
o me da rabia pensar todo lo que la muerte me ha hecho perder.
Todo se supera;
la vida sigue avanzando más rápido cada vez.
Y ya no es la impotencia de la ausencia,
es el enfado de haber gastado un año más aprendiendo a perder.

No es que se hayan ido.
No es que ya no estén.
Es que cuando estaban, porque estaban,
la vida estaba bien.
Todo parecía completo
y sonaba muy distinto preguntar por qué.

Ahora aquello ya está lejos.
La vida, como siempre, se ha adaptado bien,
como una esponja espachurrada en la mano
que al soltarla vuelve a crecer.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s